Onso, mi mejor perro del mundo:

En esto de los perros debería pasar como con los hijos, que a todos los debes de querer igual. En mi caso a todos mis perros les tengo cariño y a todos los cuido por igual, no hay diferencias, pero por muchas cosas, para mi Onso, es un perro especial, es el mejor, “mi mejor perro del mundo”.

Siempre solemos homenajear a los perros o a las personas cuando están muertas. Yo quiero desde estas líneas homenajear y rendir tributo a Onso , ahora que está vivito y coleando, espero que por mucho tiempo.


El perro perfecto al igual que la persona perfecta no existe, todos los perros tienen algún defecto, Onso también, pero para mí es el que más se acerca a la perfección, el que más se acerca al ideal del perro que yo quiero, el perro que algún día soñé.

Onso es un perro muy sensible y tremendamente inteligente. Siempre he dicho que eso de que un perro sepa diferenciar a los buenos de los malos, es una falacia. Pero Onso es de mis perros el que más se acerca a esto. Es un perro que sabe respetar y reconocer a familiares que vienen sólo muy de vez en cuando a casa, es el perro que cuando ve al jardinero o a la mujer de la limpieza, ve que yo estoy y todo va normal, no les ladra y los contempla apaciblemente, pero si tiene que guardar y defender su propiedad en un momento dado, es a la hora de la verdad quien mejor y con más fiereza defiende su finca. Es un perro muy compensado en cuanto a grado de seguridad y desconfianza.

Perro muy expresivo, lo que unido a sus enormes colmillos y gran tamaño le concede un descomunal poder de disuasión.

Tiene una memoria prodigiosa, sabe respetar por lo menos delante de mi presencia a familiares que vienen con escasa frecuencia a casa y sin embargo no olvida a sus “enemigos”. Recuerdo lo que pasó en la exposición de febrero del 2004 de Zaragoza ; estaba Onso tan tranquilo con más gente y conmigo cuando de pronto apareció mi amigo Rubén. Rubén es adiestrador y hasta ese día sólo había ido a darle de moder manga a Onso una vez y había sido hacía varios meses. De pronto Onso que estaba tumbado relajado conmigo y un par de amigos, se levantó y mordió a Rubén. Suerte que Rubén fue rápido, se echó atrás y sólo le mordió la chaqueta. Onso tiene una memoria fantástica, no olvida ni para lo bueno ni para lo malo.

Es un perro muy limpio, un perro que normalmente nunca rompe ni destroza cosas de la casa o el jardín.

Perro muy noble con otros canes, suele pasar estoicamente de perros pequeños , aunque le ladren y provoquen , y sin embargo se lanza como un loco ante perros de presa, medianos o grandes, y ya no digamos si se acercan a su territorio, pero para nada es un abusón con perros pequeños.

Onso, perro envidiado y criticado por unos pocos y admirado por la mayoría, mucha gente que conoce a mis perros dice “este es mi favorito”. Es el típico perro que podría hacer feliz a cualquier familia por su dulzura con los de casa y su fiereza para defender a su territorio y a los suyos.

Oso, Onso, Onseti, eres un perro enorme pero debe de haberlos más grandes, eres un perro bonito pero debe de haberlos más bonitos, eres un magnífico guardián pero debe de haberlos mejores, pero para mi, por muchas cosas eres el mejor, eres el perro soñado, el mejor perro que nunca he tenido. Quizás sea por estas cualidades que antes he comentado, o más bien será por otras cosas cotidianas que se viven día a día. Porque en la soledad de las noches de invierno, cuando el cierzo sopla con fuerza y hace silbar a los pinos, tú siempre estás allí, tranquilamente tumbado en el porche, en la puerta de casa esperando una caricia de tu dueño y amigo y si alguien se acerca a la puerta o a la valla te levantas como un resorte y corres a ladrar y gruñir, a defender mi territorio, tu territorio, el Territorio Presovcharka, un territorio que se creó para ti y para mi. O quizás sea por tu penetrante mirada, una mirada que parece decirme no sé como decírtelo , pero te quiero, siempre me sorprenderá la profundidad de tu mirada que refleja nobleza y cariño.

A Onso lo traje a casa con sólo 45 días y está muy apegado a mi. A veces pienso que se cree que soy su padre o algo así. El me conoce, y sabe si estoy contento o enfadado. Según la cara que le pongo o mi tono de voz, ya sabe que estoy enfadado con él y agacha la cabeza. Si estoy contento y con ganas de guasa, enseguida lo nota y viene a jugar. Y si me he ido de viaje y estoy varios días sin verle, cuando me ve se me come a agasajos.

Dicen que perros y dueño se suelen parecer, en este caso creo que también es así. Normalmente somos tranquilones pero fieros si somos provocados o tenemos que defender lo nuestro. Como muchos aragoneses algo brutos, pero nobles, porque no hay duda, Onso nació en Rusia pero es aragonés.
 

 

Querido Onso, algún día te irás, todos nos iremos, yo también me iré. Pero tu estirpe quedará allí para siempre, me encargaré de que tu sangre se mantenga para que durante muchos años haya dignos sucesores de Onso. Y siempre quedará tu recuerdo, el de un perro magnífico, el de un animal especial, el de Onso, “mi mejor perro del mundo”.

MARCO